Autor: José Angel Pernett C.
El escenario escolar en nuestras regiones y en general en el país, está presentando cambios. Queremos llamar la atención sobre las nuevas dinámicas, que en el campo de la Gestión Escolar y la Práctica Docente, deberán darse como producto de esos nuevos escenarios.
En muchos escenarios del país se están produciendo cambios: ocurren en el escenario escolar, aun por encima del desinterés que el jefe de ese ministerio siente respecto de las soluciones que la educación demanda desde hace décadas. Sus preocupaciones están centradas más en la reforma de la salud, como quiera que años atrás fuera ministro de ese sector.
La participación de los agentes educativos, ahora más directa, deliberativa y propositiva, están orientando los procesos educativos como nunca antes.
Bogotá, capital de Colombia, se orienta cada vez más hacia una ciudad inclusiva; Medellín, no solo sigue constituyéndose como ciudad innovadora, sino que participativamente avanza hacia una Smart City, con base en la estrategia de especialización inteligente. En esas deliberaciones, existe una marcada impronta del magisterio antioqueño; Cali, sede de importantes eventos deportivos internacionales, visualiza la posibilidad de contextualizar un currículo pertinente, en virtud de haberse constituido en Ciudad Deportiva y haber recibido en 2019, el título de primera capital americana del deporte por la organización ACES Europe; Barranquilla, declaró la educación como un escenario de oportunidad, cuyo eje estratégico es el fortalecimiento sostenido de los vínculos entre escolaridad, productividad y empleo; Bucaramanga, antiguamente denominada “Ciudad bonita” y “Ciudad de los parques”, hoy marca como la principal urbe de la región oriental; Cúcuta, ciudad con una frontera dinámica, ha visto reflejado un sin igual flujo migratorio que devela fuerte impacto en el multiculturalismo. Y aun podemos citar novedades en distintas ciudades, sin descartar el resurgimiento de comunidades rurales y étnicas con amplias habilidades organizativas y políticas, adquiridas durante años, como producto de experiencias insurgentes.
El punto, es que todos estos cambios representan nuevos escenarios para la educación y la escuela; no solo escenarios físicos, lo son también pedagógicos.
Esto que acabamos de afirmar, se problematiza en el nivel de la investigación educativa, con dos grandes interrogantes: ¿Cómo debe responder la escuela a las demandas planteadas por el contexto? y ¿Hacia dónde debe la escuela orientar sus estrategias teniendo escenarios pedagógicos como los descritos? Las respuestas deben enmarcarse en otros temas como los siguientes:
Expansión de la política pública, no solo en la comunidad educativa sino también en las comunidades del entorno escolar.
La dirección escolar en el marco de estos escenarios.
Las nuevas dimensiones y alcances que caracterizan el nuevo concepto de Calidad Educativa.
Los compromisos novedosos y estratégicos que necesitan quedar formulados en los Proyectos Educativos Institucionales y su articulación con los Planes de Desarrollo de cada municipio.
Las estrategias administrativas, de planeación, organización y curricularización, para que la escuela bajo los nuevos escenarios, no solo sea un modelo sostenible y sustentable, sino para que también haga una apuesta al año 2030, y mediante desafíos específicos y concretos, se comprometa con los Objetivos de Desarrollo Sostenible, ODS y las habilidades para el Siglo XXI.
Todos estos interrogantes temáticos quedan asociados con la naturaleza de los contenidos de la enseñanza y el aprendizaje en las escuelas y colegios, así como en los centros de formación de cualquier índole, contenidos que, en el nivel de las demandas que el contexto hace a la escuela, corresponden a las denominadas por Zygmunt Bauman como Soft Skills, o habilidades blandas, distintas a las habilidades técnicas, (capacidades), que se pueden enseñar a una persona y son muy fáciles de cuantificar. Las habilidades técnicas se aprenden en una aula común y corriente, en el lugar de trabajo o por medio de recursos didácticos. Ejemplos de ellas son: aprender un idioma extranjero, aprender cómo se lanza la jabalina o se hace salto largo triple, cerrar los negocios, despejar ecuaciones matemáticas, realizar operaciones, usar verbos, usar herramientas administrativas, programar computadoras, etc. Por lo general las describimos en las hojas de vida y los empleadores las reconocen fácilmente.
Diferente son las habilidades blandas que son destrezas subjetivas; por eso se les denominan también habilidades socioafectivas y como tal, su cuantificación es más compleja, ya que se relacionan con la forma en que se interactúa con otras personas. Ejemplo: la comunicación, creatividad, pensamiento crítico, colaboración, flexibilidad, liderazgo, motivación, paciencia, persuasión, resolución de problemas, trabajo en equipo, gestión del tiempo, ética de trabajo, empatía, autorreferencialidad cívica, descentración ciudadana, alteridad, entre muchas.
Ahora bien; si la sociedad demanda de la escuela una formación a niños, jóvenes y adultos en este tipo de habilidades, y siendo el nuevo escenario el contexto pedagógico, es necesario que se activen estrategias didácticas capaces de desfragmentar viejos currículos y sean capaces de contribuir a la articulación de los distintos procesos que internamente se ejecutan en las instituciones educativas. Con este marco contextual, se resignificarán dimensiones y variables inherentes al concepto de Calidad Educativa y al de Gestión de la Práctica Docente.
Al concepto de Calidad Educativa, ahora le será inherente cualidades como el de articulación interinstitucional o intersectorial, mediante la cual una institución educativa puede llevar a cabo, de manera eficiente y efectiva, un proceso educativo sin tener que estar dotada con suficientes recursos en su interior.[1] Esta categoría inherente, implica desarrollos de gestión con una visión de articulación y de redes educativas o sectoriales.
En este sentido, Curricularizar el Contexto será otra categoría inherente a este concepto de calidad educativa. Una gestión de articulación intersectorial comprende el entendimiento de distintos sectores, como por ejemplo, el sector deporte, el sector educativo, el sector salud, etc. Desde luego, existen muchos más sectores, todos con la misma posibilidad de articularse con escuelas y colegios, mediante programas y proyectos, deducibles de sus Planes de Desarrollo. Pero esta articulación sectorial o interinstitucional, tiene una exigencia: será con aquellas instituciones o sectores, que tienen responsabilidades relacionadas con los desafíos inmersos en los Objetivos de Desarrollo Sostenible. ¿Para qué? para instituir e institucionalizar políticas públicas; para activar estrategias de relación productiva o de servicios desde la escuela; y para apostarle al compromiso de Colombia con la UNESCO para el año 2030, respecto de los Objetivos de Desarrollo Sostenibles.
Curricularizar un contexto siempre será un ejercicio de convergencia, en un sentido amplio, donde convergen Derechos Básicos de Aprendizaje, Objetivos de Desarrollo Sostenibles, estándares de competencias, problemas y necesidades del entorno, lo cual exige clasificar dichas problemáticas y necesidades en verdaderos DESAFIOS para la escuela y para quienes estén integrados en el proceso de articulación. Una iniciativa de clasificación de estos Desafíos, basados en las problemáticas que generalmente se atienden desde todos los campos disciplinares, nos la propone el Modelo Educativo Flexible Talentum, de reciente certificación por el Ministerio de Educación Nacional. Estos desafíos son:
Desafío Ciudadano/ Desafío de Género/ Desafío Prosperidad (Bienestar y Salud)/ Desafío Paz y Comunidad/ Desafío Ecosistémico/ Desafío Emprendimiento/ Desafío Tecnológico. Estos desafíos son escenario de convergencia para los contenidos temáticos de cada disciplina y los 17 Objetivos de Desarrollo Sostenibles proclamados por la UNESCO.
Otro asunto tiene que ver con el hecho de que las acciones de todo maestro, esas que denominamos Práctica Docente, tendrá que mostrar evidencias de que su activación ocurre entre dos campos: por un lado, el campo de lo racional y reflexivo; y por el otro, el campo del diseño; es decir, la práctica docente oscilará entre la reflexión que hace el maestro de sus prácticas y de las prácticas de otros, y las propuestas de diseño de estrategias didácticas específicas para los aprendizajes de los estudiantes, incluyendo, además de los contenidos programáticos, las habilidades socioafectivas, las actitudinales y los procesos de metaaprendizaje. Hasta aquí, parecería que no hay nada nuevo; lo nuevo serán las preocupaciones del docente, derivadas ahora de su involucramiento, las cuales tocarán el problema de la gestión de su práctica y la gestión de los aprendizajes, es decir, de aspectos como la motivación de los estudiantes desmotivados, la atención contínua y permanente, la integración de los propósitos culturales, la diversidad de los estudiantes, la inclusión, la construcción de colectivos y redes en ambientes de confianza, las interacciones escolares para crear ciudadanía, el uso reflexivo de las tics para ir cerrando la brecha de la pobreza. Todo esto es lo que obliga a la reflexión centrada en el estudiante. La práctica docente en el espacio de cada disciplina, no escapa de la relación que se establece entre la racionalidad y el diseño, la cual se constituye como una relación dialógica, en la que, por efecto mismo de dicha intervención, el docente la convierte en un ejercicio de gestión: es que la creación del escenario pedagógico viene acompañado de un inventario de experiencias, de una clasificación y ordenación de problemas, de una distribución de recursos y de elaboración de estrategias de activación socioemotivas y didácticas, mediante las cuales convoca a los jóvenes al interés por estudiar sus problemáticas, el origen y alcance de sus limitaciones y sus necesidades, para luego en consecuencia, diseñar soluciones. Todo esto debe comprenderse categóricamente como Gestión de la Práctica Docente, la cual representa un ejercicio práctico de diseño por parte del maestro.
Próximo artículo: La Gestión Pedagógica como Diseño de la Práctica Docente
[1] Saenz-Andrade, Alvaro, Articulación de Servicios Educativos, Redes Educativas, Universidad Simón Bolívar, Ecuador, 2019, Ver en:
[1] Aces América (s. f.). Reglamento general y proceso de evaluación y selección de la capital, región, comunidad, ciudad y municipio americano del deporte. En Aces América. Disponible en: https://bit.ly/2UiMqhu
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